Las
artes domésticas son esa compleja trama de servicios, competencias, destrezas,
actitudes, hábitos, tradiciones y ritos, con los cuales el hogar toma
conciencia de sí, configura su rostro y celebra su hermosura. En estas tareas
la familia aparece como lo que es: comunión de personas y —en palabras de Juan
Pablo II—, “primera y fundamental realización de la Iglesia ”.
Se
trata, por otra parte, del trabajo ejercido por más personas en el mundo, sobre
todo mujeres, y que esconde una mina de valores humanos y sabiduría pocas veces
reconocidos como merecen. ¿Cómo no meditar, por tanto, las abundantes
referencias que el Evangelio hace a este ámbito de la vida? No sólo en su
trabajo escondido en Nazaret sino también en sus discursos y parábolas, Jesús
demuestra una exquisita sensibilidad doméstica, la misma que emplea para
fundar su Iglesia e imprimir en ella aire de hogar.
Este
es el terreno por donde se adentra el presente libro. Compuesto por breves e
incisivos comentarios al Evangelio, busca contemplar el misterio de la
salvación desde la perspectiva del hogar. Perspectiva, cómo no, eminentemente
mariana, pues en María se encuentran íntimamente unidos, por designio de Dios,
su papel de corredentora y su oficio de ama de casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario